sábado, agosto 10, 2013

ésta no es una canción de amor

Me dijiste "baila esta canción"
y seguí los pasos de tus botas, 
que estos besos cuentan para nota, 
me subiste a tu habitación...

Luego nuestra voz descarriló 
a punto de rozarnos la boca, 
nos dimos calor a quemarropa 
y perdimos el control...

Si quieres invéntate un motivo, 
pero no me vale que has bebido, 
esa excusa me la inventé yo...
ahora sé que no fue buena idea,
y tú gritas "sálvese quien pueda",
somos carne de canción...


Quizá todo aquello fue un error, 
cuando yo salí por esa puerta 
fingiste que no estabas despierta, 
te diste la vuelta en el colchón...

No nos dimos ni una explicación, 
pero ya no busco una respuesta, 
no caía en la cuenta de que ésta 
no es una canción de amor...

Si quieres invéntate un motivo, 
pero no me vale que has bebido, 
esa excusa me la inventé yo...
ahora sé que no fue buena idea,
y tú gritas "sálvese quien pueda",
somos carne de canción...

No nos dimos ni una explicación, 
pero ya no busco una respuesta, 
no caía en la cuenta de que ésta 
no es una canción de amor...








a lo mejor el problema es que crees que tú no eres así. 

pero eso no deja de ser otra excusa más a la hora de la despedida... siempre he creído que la diferencia entre estar seguro de hacer algo (o no) es lo cómodo que te encuentres despertándote al lado de esa persona al día siguiente. esta es una teoría tan buena y tan mala como cualquiera, aunque a mí me convence bastante.

pero hoy no te encuentras con ganas de poner excusas... las cervezas sólo consiguen que te deshinibas pero no justifican que volvieras cuatro veces al local después de conocerla. así que sí, que hoy puedes admitir que a veces eres débil, que te tomaste la última copa porque así dejabas de pensar en lo que iba mal


o que te sientes solo...

lo malo de todo esto es que a la mañana siguiente te sentías más solo todavía.

así que te fuiste sin despedirte. ella se dio la vuelta en la cama haciéndose la dormida y evitando la torpeza de un beso de hasta luego que nunca sabes cómo dar. a esa hora del amanecer en que es demasiado tarde para el amor. demasiado temprano para el deseo. a la hora del nunca más y del no vuelvo a beber. 
pero tranquilo. por suerte a ella tampoco la vas a hacer llorar. hoy no. bastante tendréis con las miradas distantes y los saludos avergonzados de cortesía, de no pasa nada, de que, si no me lo preguntan, también yo pienso olvidarlo.


"esta canción no habla de amor... ella estaba tan sola como yo..." (L.R.)